sábado, 21 de febrero de 2015

Gitana vieja
"No creo que sea una mujer extremadamente mayor, como una señora de setenta años. Es más, en realidad tiene 45 pero la dureza de la vida le ha hecho envejecer. Y esto lo sé, porque conozco su historia:
 
Se llamaba Caterina que significa "diosa de los infiernos". Tal vez el significado de su nombre sea una coincidencia, o tal vez su destino estaba ya marcado desde el mismo instante en el que llegó al mundo. Nació en los suburbios de Barcelona. Era la mediana de tres hermanos. Su madre había muerto cuando ella tenía sólo cinco años, al no poder superar el tercer parto. Su padre era campesino. Tras el fallecimiento de su madre, tanto Caterina como su hermano mayor, Joan, se pusieron a trabajar en el campo para poder ayudar a sacar la familia adelante. Sin embargo, el dinero no llegaba a cubrir todas las necesidades que tenían, por lo que decidieron marchar a la ciudad en busca de trabajo.

El padre de Caterina consiguió un empleo en una fábrica de químicos. Los materiales con los que trabajaban eran tan tóxicos que le provocaron un cáncer irremediable. A los cinco meses de su llegada, falleció. La noticia provocó un duro golpe en la familia. Joan cayó en una profunda depresión que le llevó a refugiarse en el alcohol. Una noche desapareció y no se volvió a saber nada más de él. Tenía 16 años y Caterina, con sólo 14, tuvo que hacerse cargo de su hermano pequeño, Simó. Éste tenía una malformación en la pierna izquierda que le obligaba a mendigar.
 
Lo que sigue a esta historia se podría resumir en: hambre, pobreza, enfermedad, impotencia y sufrimiento. ¿Cómo, entonces se puede esperar que una persona, después de todo lo que ha vivido, siga manteniendo ese entusiasmo por la vida que caracteriza tanto a la juventud? Esta mujer no era mayor, pero su espíritu estaba tan demacrado que era imposible no pensar que tenía el doble de años.
Y es que, si el alma es vieja, por mucho que el cuerpo sea joven, la persona es anciana".-Isidre Nonell*

*Historia inspirada en la obra de Nonell, Gitana vieja







domingo, 15 de febrero de 2015

EL BANQUILLO DE LOS RECHAZADOS

¿En qué se parece Sorolla a Madonna? ¿O Walt Disney a U2? Todos ellos fueron rechazados al principio de su carrera.

Cuando sabemos estas cosas, nos echamos las manos a la cabeza preguntándonos por qué se les ocurriría a las grandes academias de arte o a las discográficas rechazar a grandes artistas o sus obras. Pero no debemos echarles la culpa, es más, debemos agradecerles su error, porque en muchas ocasiones, esto hace que los artistas se emancipen de las normas que se les marca y creen su propio estilo.

Sorolla, por ejemplo, presentó el cuadro "El entierro de Cristo" a la Academia de Arte de Roma. Tardó mucho tiempo en hacerlo, debido a la dificultad de la composición y las enormes dimensiones del lienzo. Aún así, esto no le sirvió para aprobar y fue rechazado por el jurado. Cayó en una profunda depresión y rompió el cuadro. Pero la historia no acaba aquí. Gracias a esto, Sorolla pudo cultivar su propio estilo, el "luminismo".
Lo mismo le ocurrió a Stierg Larsson. Mandó su solicitud para entrar en la Escuela de Periodismo de Estocolmo. Sin embargo, fue rechazado con la afirmación de que "no era lo suficientemente bueno para ser periodista". No obstante, Larsson continuó intentándolo y se convirtió en el fundador de una de las revistas más prestigiosas de Suecia y el escrito de la trilogía "Millennium".
Por eso, dejando a un lado que nos guste más o menos un artista u otro, hay que reconocer que gracias a que no hayan sido aceptados en un primer momento, esto les ha permitido consolidar su propio estilo y personalidad, dejándonos un abanico cultural mucho más amplio, que si se hubiesen dejado llevar por los grandes "academicistas".
En otras ocasiones, sin embargo, sí hubiese sido mejor que les hubiesen cogido en la academia.... Véase a Adolf Hitler, por ejemplo!



Por último, aquí dejo otro ejemplo de rechazos, la canción de "Umbrella" de Rihanna. En un principio iba a ser cantada por Britney Spears, pero ésta la rechazó. La canción fue un éxito mundial y convirtió a Rihanna en una cantante con fama internacional.


domingo, 1 de febrero de 2015

GUAJIRA GUANTANAMERA

Guantanamera es una canción que prácticamente la conoce todo el mundo. Fue compuesta por Joseíto Fernández Díaz en 1928 y está inspirada en un poema de José Martí.

¿Quién es José Martí?
José Martí (1853-1895) es un escritor y político cubano de origen español. Destacó por su lucha por la independencia de Hispanoamérica. Fundó el Partido Revolucionario Cubano, el cual tuvo una gran repercusión en la lucha contra las colonias españolas en 1898. Martí firmó en 1895 el Manifiesto Montecristi junto con Máximo Gómez, en el que se redactaba el programa para la Guerra de la Independencia, a la que llamó "Guerra necesaria".

La canción

El poema en el que se basa Joseíto Fernández Díaz para su canción es el primero de sus Versos sencillos (1891) y se llama Yo soy un hombre sincero. Éste trata sobre las diferentes experiencias vividas, así como el propio dolor, la alegría, la honestidad, etc. El estribillo de la canción es al estilo punto guajiro un género musical cubano desarrollado a principios del siglo XVIII.
Fernández Díaz grabó la canción en 1941, y en 1943 la utilizó como sintonía para su programa de radio El suceso del día, en el que relataba los acontecimientos sociales más destacados del momento.
Este tema llegó a tener tanta popularidad a nivel nacional e internacional (su momento cumbre fue en 1962 con una versión de Pete Seeger, durante la crisis de los misiles) que ha acabado por convertirse en un elemento indispensable de la tradición y cultura cubana. 

Aquí dejo el poema y la letra de la canción:

Yo soy un hombre sincero  

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy: 
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros
Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo, 
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez –en la reja,
A la entrada de la viña.—
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: --cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.
  
Oigo un suspiro, a través 
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, --es
Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada 
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla, y muere.
Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón. 

Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto,--
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.


                                                  
Guajira Guantanamera

Guantanamera,
guajira guantanamera (2x)

Con los pobres de la Tierra
quiero yo mi suerte echar;
el arroyo de la sierra,
me complace más que el mar.
Denle al vano el oro tierno
que arde y brilla en crisol,
a mí denme el bosque eterno,
cuando rompe en él el sol.

estribillo

Yo quiero salir del mundo
por la puerta natural;
en un carro de hojas verdes,
a morir me han de llevar.
No me pongan en lo oscuro
a morir como un traidor;
yo soy bueno, y como bueno,
moriré cara al sol.

estribillo

Tiene el leopardo un abrigo
en su monte seco y pardo;
yo tengo más que un leopardo,
porque tengo un buen amigo.

Bibliografía
  • 1001 canciones que hay que escuchar antes de morir, Dimery Robert, editorial Grijalbo, 2011
  • http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marti.htm
  • http://historiageneral.com/2011/02/03/la-guerra-de-independencia-cubana-1895-1898/
  • http://www.justsomelyrics.com/1711508/jose%C3%ADto-fernández-guajira-guantanamera-lyrics.html
  • http://www.jose-marti.org/jose_marti/obras/poesia/versossencillos/03yosoyunhombresincero.htm